lunes, 14 de septiembre de 2009

El mundo rendido a sus pies


Con las pulsaciones más tranquilas, vamos a tratar de explicar como periodistas el partido. Va a ser difícil, pero veamos que sale.
El primer set comenzó como muchos esperaban, con Del Potro nervioso y con Federer sacando provecho de ese nerviosismo. Así, el suizo se puso arriba rápidamente con un quiebre en el segundo game, y mantuvo la ventaja para cerrar por 6-3 el primer parcial, que dejó la impresión de que Del Potro, a pesar de generar alguna chance de quiebre, no podía acercarse al suizo. Era como si estaba a punto de alcanzarlo y este se alejaba más y más. Ni que hablar con el arranque del segundo set, con triple break point para Roger, gracias a un errático Del Potro en su saque, cometiendo dobles faltas.
Federer tomó ventaja de 2 -0. Sin embargo, en el cuarto game el número 1 comenzó a tener problemas y el tandilense empezó a crecer. El suizo salvó dos breaks points y el argentino hizo lo mismo en el quinto juego. Así, llegaron al décimo en donde Delpo logró quedarse con el saque del suizo y se puso cinco iguales. A partir de ahí , el partido fue otro porque Del Potro cambió por completo, comenzó a ajustar su derecha y empezó a meter todo lo que antes no concretaba. Ganó el siguiente juego con su saque y dejó el marcador 6-5. Por su parte, Federer lo igualó y lo llevó a un tie-break, en donde el argentino fue una fiera y, luego de que el suizo salvase dos oportunidades y se colocase 5-6 abajo, el de Tandil bajó la cortina del segundo y se lo llevó por 7-5 el desempate.
El tercero fue palmo a palmo, Del Potro quebró y se puso 4-3, pero Federer reaccionó al instante y respondió con un quiebre para dejar empardado en cuatro el set. En las tribunas se percibía la tensión, y en los jugadores también. Y la prueba más clara fue en el noveno game, tras una challenge que pidió Del Potro mientras se iba a sentar dialogando con el juez de silla, quien le dijo que era su decisión. El argentino decidió pedir el Ojo de Halcón y la pelota fue mala. Sin embargo, Federer estalló al instante de escuchar el pedido del su rival y le reclamó, en un tono muy caliente, la excesiva permisividad para con el argentino y la presión por decidir rápido para con él, en cuanto al pedido del Ojo de Halcón.
Con todo el picante que traía consigo el set, Del Potro llegó 6-5 abajo, aunque con el saque a su favor. Pese a esto, cuando nadie lo esperaba, el argentino cedió con dos dobles faltas y le entregó el tercer parcial al suizo por 7-5.
El cuarto y el quinto van en un combo porque tuvieron un punto en común: la derecha de Del Potro, que estaba en aumento y cada vez hacía más y más daño con esa drive que estaba ¡¡¡¡ON FIRE!!!!
En el cuarto, Delpo corría con la amenaza de que no había margen para el error, y así, con algún que otro sobresalto, llegó al tie-break. Y otra vez apareció el mejor tenis del argentino que quebró de entrada y llevó la definición a un quinto tras un 7-4 firme en el desempate.
Federer sintió que su reinado de cinco años se desmoronaba, que su castillo se venía a pique. Y Del Potro siguió duro en su juego y en sus palazos con el drive, a está altura de los mejores del mundo, sino el mejor en cuanto a velocidad y potencia.
Rápidamente se puso 3-0 arriba en el quinto, y el suizo por amor propio batalló hasta el final, y si bien salvó dos match points, la tercera fue la vencida para el orgullo de Tandil, que tras el 6-2 se tiró al piso a festejar el sueño hecho realidad.
No se sabe lo que pasará en el futuro, pero hay que disfrutar de este presente que indica que todo el mundo del tenis, está hoy rendido a un argentino llamado JUAN MARTÍN DEL POTRO.

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