domingo, 31 de enero de 2010

Papá Roger, que tengas felices 16



¿Qué más se puede decir de Roger Federer?, quien día a día confirma porque es uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, sino el mejor.

Hoy, el número 1 del mundo dio muestras de su inagotable repertorio al vencer al escocés Andy Murray por 6-3, 6-4 y 7-6(11) en dos horas y 41 minutos de partido, quedándose con el decimosexto Grand Slam de su carrera y con el primero desde que fue papá.

El suizo vuelve a ganar uno de los cuatro torneos más importantes, mientras que en Australia se coronó por cuarta vez (las anteriores fueron en 2004, 2006, 2008).

En cuanto al partido, el de Basilea logró lo que muy pocos tenistas pueden hacer, que es mantener un nivel parejo durante todo el juego. Sólo tuvo un leve bajón en el tercer set, cuando Murray quebró. Sin embargo, el Gran Roger volvió a recuperar el break, y mantuvo la concentración necesaria para llevarse el trofeo en un tie-break muy emotivo.

Algunos datos para entender la magnitud de este genio del tenis: por séptimo año consecutivo llegó a las semifinales o final del este torneo (también en Wimbledon posee dicha marca); y tan sólo dos sets cedió en toda la competencia (Andreev en primera ronda, y Davydenko en cuartos).
Durante la ceremonia de premiación, el suizo se mostró feliz por ganar el título, pero mucho más por el sentimiento especial de hacerlo por primera vez luego de haber sido papá.

Mientras que Murray, al igual que Federer en 2009, lloró al momento de dirigirse al publico. El escocés pidió perdón por no haber obtenido el trofeo para los británicos, que no tienen un título en Australia desde 1934, y un campeón en cualquiera de los 4 Grand Slam desde 1936, cuando Frad Perry fue el ganador de Wimbledon y el US Open.

Por lo pronto, el mundo del tenis vuelve a rendirse ante un hombre que reescribe la historia día a día, y que promete seguir llenando la páginas más memorables de la historia de este deporte.

Foto: Reuters.com

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