Roland Garros: Nadal volvió a hacer historia en París

No hubo sorpresa en la final de Roland Garros. Ni habrá un nuevo número uno del mundo. Rafael Nadal levantó el trofeo del Abierto de Francia y se aseguró el primer lugar del ranking. Aunque no fue fácil para el español retener el título que había conseguido el año pasado. Enfrente tuvo a un Roger Federer que le jugó de igual a igual y no le regaló ningún punto. Finalmente, en un increíble partido -que por momentos tuvo tintes de batalla épica- Rafa se impuso por 7-5, 7-6 (3), 3-6 y 6-1, tras tres horas y 40 minutos, y volvió a coronarse campeón del Grand Slam francés.

Federer salió a la cancha concentrado y enseguida comenzó a marcar el ritmo de juego, frente a un Nadal muy tenso. Aunque los dos comenzaron bastante erráticos, el suizo fue más inteligente para aprovechar las dudas de su rival y conseguir un quiebre en el segundo game. Durante los primeros juegos, el helvético estuvo intratable con su primer servicio y muy firme con su derecha. Además, fue más agresivo (sumó 18 tiros ganadores) y buscó cerrar los puntos rápidos, con pelotas pesadas, para evitar el peloteo largo desde el fondo, que al español le sienta tan bien.

Así, mantuvo la ventaja hasta el noveno game, en el que tuvo la chance de sacar para el set. Pero el suizo comenzó a tener problemas con el primer saque -que le había funcionado bien en la primera parte del parcial- y Nadal aprovechó. Rafa -quien había empezado a presionar sobre el revés de su rival, con tiros de muchísimo efecto- jugó un excelente game de contragolpe y consiguió recuperar el break, para ponerse 4-5. Con el mallorquín cada vez más metido en el partido, el juego se niveló y se hizo muy entretenido. Sin embargo, el suizo empezó a errar más (totalizó 16 no forzados en el set) y Nadal tomó las riendas del match. Federer jugó muy apurado el 12º game, lo que favoreció al español, quien consiguió un nuevo quiebre; y luego, con bastante trabajo, cerró la manga con su saque, por 7-5.

En el inicio del segundo capítulo, el suizo continuó desconcentrado y muy fuera de juego. Rafa, intratable con su primer servicio (arrancó jugando con el 92% del primero) y con su drive, quebró rápidamente y luego marcó el 2-0. Roger no se dio por vencido y, con paciencia, empezó a recuperarse. Aprovechó los pocos segundos servicios de Nadal para presionar con su devolución y ganó efectividad con su saque (67% del primero y cinco aces); por lo que el encuentro se hizo más intenso.

En el octavo game -uno de los mejores del partido- Federer hizo correr a Nadal por toda la cancha y, finalmente, concretó el break e igualó todo en cuatro. Sin embargo, otra vez apareció la inestabilidad del helvético con su saque; y Nadal volvió a tomar ventaja. Cuando el español sacaba para el set, con el 10º game en deuce; la lluvia comenzó a caer sobre el polvo de ladrillo del Philippe Chatrier y obligó a los jugadores a irse a los vestuarios, aunque sólo durante algunos minutos. Tras la reanudación, Federer consiguió el quiebre y marcó el 5-5. Pero el set -que fue muy parejo- se definió en el tie break, en el que el suizo tuvo un arranque flojo y la potencia del mallorquín pudo más.

El partido continuó muy cerrado en el tercer parcial. El español, muy seguro con su saque y su drive; y el suizo, un tanto irregular con su servicio, pero mostrando un sólido juego de ataque. La paridad se mantuvo hasta el 8º game. Nadal aprovechó un par de errores de su adversario -que se quedó muy estático en la cancha- para concretar el quiebre y ponerse 4-2. Pero Federer reaccionó inmediatamente. Sacó a relucir sus mejores armas, subió más a la red e igualó todo en 5. El ibérico sintió el golpe y comenzó a perder profundidad en su juego. El helvético abrió la cancha y, con otro break de por medio, cerró el tercer set con gran autoridad y forzó el cuarto.

Con la inyección anímica de haberse llevado el tercer capítulo, Federer salió con todo a disputar el cuarto. El suizo mostró un tenis muy agresivo y presionó con su revés. Pero no pudo aprovechar las tres chances de quiebre que tuvo en el game inicial (0-40) y lo pagó caro. Rafa levantó un game increíble y volvió a tomar la iniciativa. Aunque Roger nunca bajó los brazos y peleo cada punto con si fuera el último; Nadal -con un increíble juego de devolución y un ataque muy profundo- concretó dos quiebres, se adelantó 5-1 y luego selló el resultado con su servicio.

No pudo Federer levantar otra vez el trofeo de Roland Garros. Sin embargo, el suizo se despidió con la frente bien alta, porque en estas dos semanas volvió a jugar en el nivel que ya lo transformó en una leyenda del tenis. En tanto, Nadal consiguió su sexto título en París -el décimo en un Grande y el 46º de su palmarés personal- y volvió a hacer historia en la capital francesa. Con su victoria de hoy, el español igualó el número de conquistas de Björn Borg en el Grand Slam francés y se reafirmó como el gran Rey del polvo de ladrillo.

Cuadro de singles masculino de Roland Garros

Foto: Yahoo Sports