Una experimentada ex número 1 y ex campeona de este certamen, y una jugadora que ha mejorado notablemente en el último tiempo y que en silencio, con una solidez admirable, alcanzó el encuentro decisivo de este tercer Grand Slam. Ambas fueron las que mejor jugaron durante las últimas instancias, por lo que es más que justo que Sharapova y Kvitova definan a la campeona.
María Sharapova nuevamente vuelve a decir presente en la final de un Grand Slam (no lo hacía desde el Australian Open 2008). Con su juventud, cuando se consagró a los 17 años en Wimbledon, llegó al número 1 del mundo con apenas 18 años. Después de bastante tiempo, un bajón tenístico la relegó de los primeros planos y parecía que no iba a volver a pelear mano a mano los torneos grandes, como así también el liderazgo del ranking. Sin embargo, desde el 2010 que viene experimentando un franco ascenso, que este año se ha terminado de confirmar, al punto que nuevamente puede volver a meterse entre los primeros 5 lugares del ranking.
Con respecto al partido, la alemana Sabine Lisicki no pudo repetir lo hecho por su compatriota Steffi Graf hace 12 años, cuando alcanzó la final. La teutona sintió los nervios y no pudo superar a la rusa, quien pese a no hacer un buen encuentro, se llevó el triunfo por 6-4 y 6-3. No obstante, para la germana fue un excelente certamen. Tal vez, el único reproche que se podrá remarcar en frío, es que su adversaria simplemente le ganó por la experiencia y no por haber sido superior.
La que tuvo que llegar a un tercer parcial, pero que paradójicamente tuvo menores inconvenientes, fue Petra Kvitova, ganadora por 6-1, 3-6 y 6-2. La checa sorprendió desde el inicio y salió a pasar por arriba a la bielorrusa Victoria Azarenka, quien a pesar de llevarse un set no pudo dominar jamás el partido. La octava preclasificada la desbordó en el inicio; sin embargo, un leve crecimiento en su tenis, le permitió a Vika equilibrar el trámite e ir a un tercero. Allí, el juego nuevamente volvió a exponer las ambiciones de una y otra, por lo que no sorprendió que Kvitova se llevase el triunfo y que Azarenka regalase el encuentro con una doble falta.
Premio para una jugadora que viene haciendo bien las cosas, y que está para dar el golpe en el partido decisivo ante Sharapova, ya que el nivel de las últimas dos semanas son una clara prueba de ello. Por el lado de Azarenka, hay que destacar que hizo un muy buen torneo, pero que de a poco comienza a exhibir los mismos problemas de la número 1: Caroline Wozniacki, quien no ha podido ganar un Grand Slam, debido a que la presión la hace mermar en su juego notablemente.
Ahora, ambas se cruzarán este sábado en la final femenina, que las tendrá cara a cara por segunda vez en sus carreras como profesionales. El único enfrentamiento fue en el año 2010, cuando en la semifinales del WTA de Memphis (Estados Unidos), la rusa se llevó el encuentro.
Fotos: Zimbio Magazine
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